domingo, 27 de noviembre de 2016

Jesús Álvaro: "En el vestuario gastamos bromas y no hay esos egos que podrían existir"

Abel F. Ros

El Cartagena puede dejar prácticamente finiquitada su presencia en los play-off de ascenso en la primera vuelta del campeonato si esta tarde logra vencer al Villanovense, un modesto que es el quinto clasificado y, de caer estar tarde en el Cartagonova, quedaría ya a una distancia de 8 puntos con el líder. En nuestro cuaderno número 14, que podrás encontrar esta tarde una hora antes del partido al bajar el puente del Cartagonova, hablamos del conjunto sereno, humilde pero acostumbrado a las alturas: hace dos temporadas ya disputó una fase de ascenso a Segunda y buena parte de su secreto es que esta temporada ha apostado por la continuidad de buena parte de su plantilla.

El protagonista de esta ocasión es Jesús Álvaro. El lateral izquierdo del Cartagena es uno de los nombres que más está brillando en este inicio de liga: sus veloces incorporaciones al ataque son ya conocidas por toda la afición. En la entrevista, el canario nos muestra su lado más personal, sus aficiones y planes de futuro, y asegura que en el vestuario albinegro hay un gran ambiente. "En el vestuario gastamos bromas y no hay esos egos que podrían existir", dice el de Icod de los Vinos, amante de la pesca y buen alumno: Alberto Monteagudo le han enseñado a encontrar el equilibrio entre atacar y defender. Aunque está rodeado por sus compañeros, a Jesús Álvaro le dio pena la marcha de Ayoze Placeres a Mérida. "Él está lejos y hablamos menos, me dio pena que se fuera porque nos conocemos desde juveniles", explica.

También repasamos la previa del partido de esta tarde, en la que el Cartagena defenderá una vez más el liderato del grupo IV. Nadie tose al equipo albinegro, que se ha ganado la etiqueta de claro favorito al ascenso.

jueves, 3 de noviembre de 2016

El Cartagena hace camino

El conjunto albinegro vence cómoda y ampliamente al líder Marbella y se coloca a un punto de la cúspide

Golpe a golpe y verso a verso, que cantaba Serrat, el Cartagena ha hecho su camino sin mirar atrás, sumando y sumando hasta dar caza a un líder, el Marbella, un equipo gris que ayer por la noche no hizo acto de presencia en el Cartagonova. El equipo de Monteagudo esperaba su visita con los brazos abiertos, con una sonrisa pintada en la cara y después de rozar la victoria en el derbi de Nueva Condomina; pasó por encima de los chicos de Mehdi Nafti, sorprendidos por el torbellino inicial y de cuyas consecuencias no pudieron reponerse en todo el partido. Ya no le queda margen de error al conjunto marbellí, que ha gastado toda su renta de puntos.
El visitante de la noche no era otro que el Marbella, el sorpredente líder de este grupo IV. El dueño del club sigue siendo el ruso Alexander Grinberg, que ahora, en su cuarta temporada, parece que es cuando su proyecto empieza a ver la luz al final del túnel: primero salvó al equipo de la desaparición, luego lo subió a Segunda B y tras un par de temporadas confusas, sin una meta bien definida (ni play-off ni Copa del Rey) parece que ha encontrado las patas de la mesa en el italiano Gaucci, exdirector deportivo del Cádiz de Florentino Manzano y responsable de confeccionar la plantilla, con tres excadistas (Andrés Sánchez, Kike Márquez y Ranko Despotovic) y hasta 20 caras nuevas con respecto al curso anterior.
El otro pilar es la persona encargada de dirigir a toda la tropa. Mehdi Nafti (también con pasado en el Cádiz de Gaucci) dejó el fútbol hace un año para centrarse en los banquillos; empezó practicando en los juveniles de San Fernando hasta que este verano recibió la llamada del Marbella, a quien ha conseguido aupar hasta el liderato merced a una estadística casi perfecta: 9 victorias en 12 partidos.

No es para menos que ayer se esperara un choque de trenes en el Cartagonova, más allá de que el técnico franco-tunecino del Marbella tuviera que recomponer la defensa ante la ausencia del central Delmonte por sanción: Andrés Sánchez pasó a la zaga con Marcos Ruiz y el joven Carlos Neva tomó las riendas del carril zurdo. Apenas le dio a pestañear al Marbella cuando ya estaba exhausto, sorprendido, sin dar crédito: un vendaval inicial del Cartagena, una apisonadora que pasó por encima sin mirar. A los cuatro minutos ya caían los de Mehdi Nafti por dos a cero: el primero de Óscar Rico, que recuperó la titularidad con un señorial cañonazo; el otro de Cristo, que estaba en medio y tropezó en el despeje de Andrés Sánchez. Un gol sin intención, que no estaba previsto, pero que puso el panorama cuesta arriba para el Marbella en solo cuatro minutos.
Ante el rival que se suponía más directo, más complicado, el Cartagena encontró el camino más sencillo. Sin reacción y a remolque del motor Graxa, que ciculaba el balón hacia uno y otro costado, el Marbella intentó estirarse sin éxito: ni el máximo artillero Kike Márquez ni el delantero Chacopino asomaron por la portería de Limones. Hubo mucho cambio de orientación por parte del Marbella, un vaivén continuo de costado a costado, pero nada de verticalidad, nada de profundidad. No es nada sencillo levantarse después de quedar naqueado, confuso, con dos goles tan madrugadores y continuos. Así lo aprovechó el Cartagena, que terminó por arrinconar a los de Nafti en la primera parte: un disparo potente de Óscar Ramírez y un cabezazo Chus Hevia pusieron fin a los primeros cuarenta y cinco minutos. Descosido Marbella, crecido y envalentonado Cartagena.
Dos saques de esquina, un mano a mano de Arturo con el portero y un gol (bien) anulado a Chus Hevia. Esa fue la carta de presentación del Cartagena en el segundo acto, que buscó rematar la faena hasta que Arturo, que siempre persigue el gol, dio en el blanco. El ariete cartagenero tenía hambre y se pegó un atracón: hizo bueno el envío de Óscar Ramírez y lo remató con la testa. Después se marchó ovacionado. Un cartagenero despedido así en su hogar. Es para llenarse de orgullo. Lo merecía Pérez-Reverte.
Lo que se avecinaba como tormenta en esta noche de Champions acabó en paseíllo, en una goleada con un único actor: el Cartagena, monologista y titiritero de un Marbella sin hueso, con mucho ruido y pocas nueces a la hora de la verdad. El rival más complicado y el partido más plácido, tanto que levantó los 'olés' de la grada. El equipo de Mehdi Nafti cosecha así su tercera derrota de la temporada, la segunda consecutiva, y el domingo viajará hasta Nueva Condomina para enfrentarse a un Real Murcia que crece y progresa, que está pendiente de dar un golpe en la mesa. Al Marbella ya no le queda margen de su estupendo inicio liguero. El Cartagena ha ido por su camino y ya está un punto, ya lo siente en el cogote, ya nota su aliento, ya le ha dado caza.